miércoles, 21 de noviembre de 2007

Mover el paquidermo cansado


Escribo para eso: para mover a este paquidermo cansado. Veremos qué sale. Sobre el tercer encuentro, a Quemar las naves y Mamis por dos. Hablando de Mamis por dos... no puedo dejar comentarios porque algo cambió en el formato y la ignorancia me lo impide; pero un abrazo, Che, que se viene el/la hermanita/o de Tato y eso no es poca cosa.

A lo nuestro: las nenas están divinas salvando unos pocos aspectos: Martina se alimenta de arena que mastica con fruición como si fueran brócolis con salsa blanca pero con ruido a vidrio, papeles que junta en la plaza, palitos, piedras pequeñas, colillas, alguna "tuca" perdida y todo cuanto llega a sus manos inquietas... que no sea lo que el resto de los mortales llamamos comida. Lucía pide que le cantemos repitiendo la última sílaba del estribillo que quiere y bailando acompasadamente, "escribe" en el piso con las piedritas de la plaza, prende y apaga la luz de su cuarto a su antojo, parada en la cuna y se retrasa en la fruta o el postre como queriendo siempre una sobremesa un poco más extendida.

Las dos juntas, y de común acuerdo, vuelcan el bebedero del perro (sólo si está muy lleno) y chapotean en el piso encharcado de panzas y aplaudiendo salpicaduras, llenas de carcajadas; ponen objetos pegajosos en la compactera de la computadora, se corren por toda la casa, una desenchufa y la otra trata de enchufar... En fin, una de las tantas maravillas de tener estos soles es que a las nueve en punto se duermen y que sus sueños son profundos y de doce horas; también duermen un poco de siesta, tiran besos, piden cuentos, corren hacia nosotras con la risa grande y fresca, juegan con otros chicos/as en las plazas. ¡Son maravillosas! Pero, es cierto, aún no salieron lo suficiente al mundo inquisidor. ¿Se moverá este paquidermo cansado?

jueves, 8 de noviembre de 2007

Lo que no mata, engorda


Por cuestienos de trabajo, tenemos que dejar a las nenas tres mañanas con una chica amorosa que cuida de ellas. Ya la teníamos desde antes de que nacieran pero sólo nos ayudaba con las cuestiones de la casa. La cosa es que le avisamos que cuidar de ELLAS era ahora lo mas importante que tenía para hacer y que todo lo que quedara de la casa no tenía tanta importancia.

Esta muchacha resulto ser casi una adolescente que necesita que la valoren y reconozcan constantemente y como lo único visible es la cuestión de la limpieza, no les da ni cinco de bola durante toda la mañana e insiste en limpiar, acomodar y fregar para que todo brille, menos las nenas que siempre estan con cara de haber llorado de aburrimiento porque las mete en las cunas o en el corralito y de ahí no las saca. Por supuesto que nos miente cada vez que le preguntamos los horarios de mamaderas, yogures y demás, contestándonos siempre lo que queremos escuchar. Pero acá no termina todo, también está MI MADRE que viene de vez en cuando con MI PADRE a quedarse unas horas cuando decidimos salir a airearnos un poco, esto generalmente es de noche y no ocurre muy seguido. A diferencia de la chica que las cuida, ella no necesita ningún reconocimiento, sino todo lo contrario, se empeña en hacer lo que se le da la gana con las nenas haciendo caso omiso a todas las recomendaciones que les dejamos y encima la caradura cuando llegamos nos cuenta todos los desastres que hicieron.

- Les dí un poquito de coca, no saben como les gusta, pero apenitas (mi madre)

- Quisieron comer roquefort, les tuve que dar, qué iba a hacer (mi padre)

Antes de irnos le dije que no las bañara, cuando llegamos me cuenta que no las bañó porque no le dió el tiempo. Para qué carajo hablo, me pregunto.

Con Ana llegamos a la conclusión que digamos lo que digamos todo el mundo va a hacer lo que quiera mientras no estemos, así que estamos tratando de relajarnos y pensar que ya que todas las personas que las cuidan las quieren, lo que no mata, engorda... Pau




martes, 6 de noviembre de 2007

Tercer Encuentro, Tercer Tiempo


Chicas, dado que no sabemos muy bien cuántas vamos a ser, pensamos que lo mejor es que cada una traiga algo para tomar, mamaderas incluidas, y la que quiera algo dulce también. Después pedimos las empanadas desde acá. Sigan confirmando asistencia, más que nada por las banquetas. Besos. Ana y Pau

viernes, 2 de noviembre de 2007

Cotidianas... pero no mucho.


Unas amigas me dijeron que un modo de mantener vivo este espacio es contar lo cotidiano. No estoy del todo de acuerdo, pero hoy me viene especialmente bien. ¡Ahí va una cotidiana, entonces!

Atardeció con buena temperatura, mi Amor no estaba en casa y casi una hora faltaba para la hora del baño de las nenas. Compramos unos jazmines exquisitos en perfume y les propuse a las nenas que me acompañaran a tomar algo al aire libre.

Compartimos miguitas con las palomas, les conté sobre los plumeritos rojos y los distintos verdes de los árboles; miramos bajar el agua de la fuente y descubrí que las palmeras tienen los troncos como los cuellos de las jirafas. Nos reímos, comimos tostadas y soportamos mejor el extrañarte tanto.

Ahora las dos duermen y el silencio de vos me aturde un poco.