viernes, 26 de octubre de 2007

Buscando Plazas



Nunca pensé que llevar a las nenas a la plaza (cosa que toda madre que se precie de tal disfruta) podría ser para mí una experiencia tan estresante. Tratamos de llevarlas siempre que podemos, si es todos los días, mejor. Empezamos por la que nos queda a tres cuadras, lamentablemente está frente a un colegio y encima nuestros horarios libres, juntas o separadas, coinciden con la salida de los niñitos de su escuela, como no podía ser de otra manera, y no contentas con las cinco o seis horas que los chicos pasan allí, las madres los pasan a buscar y se los llevan a la plaza para que desgasten otro poco más y, de paso, les rompan menos las pelotas a ellas. Las mismas se sientan una al lado de la otra, y mirando a sus hijos, muy de vez en cuando, porque para eso tienen que dejar de hablar les dicen: Noooooooo, dejala que es muy chiquita, Noooooooo devolvé eso, Nooooooooo la vas a tirar, Noooooooo de los pelos no, chicos. Martina y Lucía rebotan de un lado al otro, cuando les sacan sus juguetes yo les digo que son para compartir, qué mierda entiende un bebé de un año y tres meses de compartir, pienso, y corro de un lado al otro tratando de sacar a una de arriba del caño en el que la pusieron y a la otra que llora porque la sacaron del carro rojo y al que se subieron por lo menos media docena de chicos (obvio no fue pensado para tanto peso). Siempre pienso por qué mierda no moverán el culo estas hijas de puta, si los que hacen este quilombo son sus hijos y no las mías.


El resultado de todo esto fue que cambiamos de plaza, yo volvía estresada y desarmada de tanto correr, ésta queda a ocho cuadras pero por lo menos no tiene ningún colegio tan cerca y debe ser más tranquila, pensé.Me equivoqué.


Ésta es una plaza tomada por cinco o seis madres habitués con cinco o seis monstruitos pequeños peores que los anteriores y más chiquitos pero no menos destructores porque no sólo les sacan los juguetes sino que se los rompen y gran escándalo a la hora de devolvérselos, estos chicos no se las llevan por delante, directamente les pegan, opté por no llevar más juguetes, obvio que el carro fue otra fuente de conflicto, así que también suprimimos el carro. Cada vez que aparece un perro callejero nuestras nenas se le tiran encima desesperadas y estas hijas de puta los sacan literalmente a las patadas, por tiernos cachorritos que sean. Obviamente tampoco levantan el culo ante alguna gresca y gritan mucho más fuerte que las de la otra plaza, porque la distancia del banco en el que se sientan a comer bizcochos es mucho mayor.En definitiva, me pregunto...seré Yo? Pau

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pau:
No sos vos ... especialmente digo, somos todas cuando somos mamas de pequeñines y sentimos que cada niñito "salavaje" que se acerca a nuestros capullos es un forajido, despues de cuatro años de lidiar con esto, te puedo decir en mi humilde opinión que nada es ni muy muy , ni tan tan, el mundo es así de hostil, se que cuesta entenderlo , pero... estos niñitos crecerán y seran adultos como los nuestros y mal que nos pese el mundo es así de salvaje, lamentablemente ... es un verdadera pena.
Que hice yo no deje de ir a las plazas y a los peloteros y mal que me pese cambie algunas opiniones, del tipo, "no pelees, habla" a " Defendete lo tuyo es tuyo y si te lo quieren sacar defendelo", parece duro pero así es el mundo.
Las nenas tuyas aún son muy chiquitas pero esta bueno que sigan yendo a las plazas y sigan interactuando con esos otros que aunque no entendamos como las mamas son tan bo... son parte del mundo, trstemente el nuestro...
Otro tema me entere de la prox fecha, por via privada ,e comunico con uds.
Besos a las cuatro.
Sara

Magui dijo...

che, yo ya me estresé de solo leerlo!
yo que pensaba que la plaza estaba hecha para respirar, mirar verde, tocar pasto y hacer amiguitos.
una pena, espero que no te rindas y las sigas llevando.
besos a las 4...

Guzamadour dijo...

yo creo que en la plaza me agarraría la paranoia de los gérmenes. La que está cerca de casa tiene gente que la habita, que usa como baño algunos rincones. Además está el grupete de borrachos, que suele dejar botellas rotas por doquier, y por ultimo, los droguitos que en verano vienen bien porque con la humareda espantan a unos cuantos mosquitos.

Creo que voy a tener que empezar a frecuentar la plaza en horarios diurnos, para conocer a esta raza de madres comebizochos, que se me hace, deben ser muy parecidas a las que hacen lobby en los jardines de infantes

la gabi dijo...

Ja ja ja. MUY gracioso el relato. Me dan miedo todas las cosas: los/as niños/as más grandes, los gérmenes y las medres comebizcochos. ¿Si digo que podemos hacer un comando cometortas me pongo muy obvia?

Anónimo dijo...

ja... ja... Pau.... me hiciste reir mucho con tu relato.... y sí.... es un poco así.... lo que pasa es que ¿qué querés??... si hasta a mí me daría ganas de subirme al carro rojo!!!!... que está maravilloso!!!y aunque las madres sean, algunas, culos aplastados yo creo que la plaza sigue siendo uno de los sitios más liberadores que seguimos disfrutando con mi gordi.... y digo disfrutando porque yo no me quedo atrás con los juegos, con armar un lindo "quemado", o armar una carrera de obstáculos entre toboganes, hamacas y subeybajas.... sin hablar de las hermosas meriendas en el mantel a cuadritos... qué se yo... habrá germenes, o cacas, o drogatas y borrachines, madres comebizcochos, hijos monstruosos rompe-juguetes... pero qué se yo!!.... AGUANTEN LAS PLAZAS!!!!... JA JA... besostes, y no desesperes!!! Moni Ag.

Anónimo dijo...

Yo pienso que la plaza es de la que la visita. No queda más que hacerce las fuertes y hacer presencia y gritar de vez en cuando al estilo de "te digo chana pa que me escuches chana": cosas como "mijita, no prestes tus juguetes porque vas a contagiar a los niños de (coloca aquí tu enfermedad alarmante favorita)" Así la mamá del bravucón que le esté quitando el juguete va a venir despavorida a proteger a su cachorro y sobre todo a quitarlo de encima de la suya.
Bueno, espero que les sirva mi consejo y no se rindan!